Estoy muy sensibilizada con los niños. Y más, desde que soy madre. Me duele profundamente el maltrato hacia ellos, la manipulación, y el padecimiento de sus enfermedades. Las más frecuentes en ellos son problemas de crecimiento, alteraciones del sueño, diabetes tipo 1, bronquitis, problemas de piel, otitis media, diarreas, gripes, resfriados, o alteraciones estructurales (escoliosis, alteraciones de los dientes, tortículis congénita, fracturas en tallo verde, esguinces…).
Los niños, de entre 0 y 7 años, manifiestan en forma de enfermedad, el conflicto que tienen los padres. Sí, se puede decir que es una manera de llamada para resolver esa disarmonía en casa. Por ello, en esta franja de edad, se usa un protocolo especial. Primero, se testa en unidades bovis (de 0 a 12.000 u.b.) , la conexión entre la pareja. Un resultado bueno, donde la pareja fluye, es a partir de 6.000; un resultado malo, casi irrecuperable para esas funciones, sería 3.000 o menor. El objetivo del trabajo, mediante una constelación magnética, es subir esa vibración, esas unidades bovis, lo más cerca posible a 12.000.
Es un trabajo precioso, profundo, de ver lo intrínseco, los matices de una relación. Si los padres están en pro de analizar la falla y poner atención al cambio necesario, los niños… pueden salir muy rápido de esas «enfermedades»; es muy agradecido (y grato) tratarlos en consulta. Muchas ganas de ver a muchos y acompañar esos procesos…