El par Biomagnético y Biomagnetismo es un sistema terapéutico desarrollado por el Dr. Isaac Goiz Durán en el que utiliza imanes para combatir parásitos, bacterias, hongos, virus y otros gérmenes, causantes de diversas enfermedades.
Supone la comunicación con la sabiduría corporal, a través de un diálogo entre terapeuta y células corporales del paciente. En un estado de disfunción, los campos irregulares pueden modificarse por medio de imanes para restablecer el equilibrio, tanto biomagnético (frecuencias celulares), como bioquímico (ph, neurotransmisores, neuro-reguladores, hormonas, enzimas…).
La enfermedad se localiza en el órgano o en el tejido en desequilibrio entre cargas positivas y negativas. Si se corrige esa alteración iónica, desaparece la causa del problema, retornándose así a un punto de equilibrio.
Las cargas del par biomagnético tienen la misma intensidad, el mismo número de partículas elementales y la misma frecuencia bioenergética. Así que, al enfrentarse una contra la otra por efecto de la inducción magnética, se anulan sus potenciales respectivos. En ese momento, los virus pierden su información genética y las bacterias su capacidad patógena. Este fenómeno nos permite identificar a los síndromes en sus componentes etiológicos, ya sean virales, bacterianos, micóticos, parasitarios, tóxicos o genéticos y, en su mayoría, sanarlos.
El P.B. tiene tres elementos bien definidos:
1. El nivel energético normal (NEN), donde el ph es prácticamente neutro y donde se lleva a cabo todas las funciones vitales normales del organismo humano.
2. El polo positivo, que se genera por exceso de hidrogeniones (H+), con ph ácido, que da lugar a la presencia de virus.
3. El polo negativo, que se genera por déficit de H+ y por la presencia de radicales libres complejos, donde el ph es alcalino, dando lugar a la presencia y desarrollo de bacterias.
Actualmente, la medición de los polos biomagnéticos es de orden cualitativo e indirecto, pero es la base para el desarrollo futuro de mediciones de los fenómenos de polarización orgánica, bajo el método científico (cuantitativo).
El descubrimiento del P.B. en 1988, marcó un criterio totalmente nuevo dentro del mismo biomagnetismo y de la medicina en general, al comprobar que las cargas biomagnéticas tienen resonancia vibracional y energética. A día de hoy, se han identificado 105 P.B. regulares, 15 especiales, y 11 disfuncionales, que corresponden al mismo número de patologías en los seres humanos. El primer par conocido fue el síndrome de inmunodeficiencia humana (SIDA), que se genera en el timo y el recto desde las primeras horas que se instala el virus, produciendo dos fenómenos simultáneos: inmunodeficiencia y seropositividad.
En 1997 se certifica que la Geografía tiene influencia sobre la patología humana, pero también, sobre el proceso curativo. A la fecha, se han estudiado, diagnosticado y atendido con este procedimiento, desde hace 12 años, a unos 60.000 pacientes, llegando a conclusiones muy importantes.
Al ser un procedimiento de orden físico y natural, no produce yatrogenia ni efectos colaterales indeseables. Es compatible con cualquier otra terapia (Homeopatía, Terapia Miofascial, Flores de Bach, Acupuntura…).
El sistema consiste en el reconocimiento de puntos de energía alterados en el organismo del paciente que, en conjunto, provocan una enfermedad. Este reconocimiento se efectúa con imanes pasivos (no electrificados), que se testan en distintas zonas del cuerpo como si se tratara de un rastreo o escaneo biomagnético.
Una vez reconocidas y confirmadas dichas zonas, que corresponden a tejidos que sufren una alteración, el terapeuta aplica un conjunto de pares de imanes en esos puntos, durante 10-15 minutos.
Es bien sabido que los organismos superiores pueden ser portadores asintomáticos de microorganismos patógenos en las mucosas de los sistemas respiratorio y digestivo. En realidad se sitúan en los P.B. y, por ello, el biomagnetismo médico es también un procedimiento preventivo de la salud, al detectar oportunamente la alteración, aún antes de su manifestación clínica. Todos los fenómenos patógenos están soportados por distorsiones del ph. Así su restauración, conlleva a la salud.